Los participantes tuvieron el placer de asistir al tercer taller de Arte como Terapia, que esta vez se desarrolló en la Escuela de Hostelería.
Todos eran pacientes de la Unidad de Demencias del Hospital Virgen de la Arrixaca, diagnosticados de Enfermedad de Alzheimer GDS 4.
En la primera sesión acudió el famoso pastelero Paco Torreblanca, que le hizo probar a los pacientes diferentes sabores hechos al más puro estilo tradicional, como merengues de diferentes tipos. Los dulces tuvieron el papel de despertar recuerdos pasados en los miembros del grupo. Los pacientes se situaron junto con sus familiares en frente del pastelero para poder observar la elaboración de los dulces. Durante la elaboración, Paco Torreblanca comentaba cada uno de los ingredientes que iba utilizando. Pacientes y familiares cambiaban impresiones sobre los recuerdos asociados a esos olores y sabores. A unos les despertó el recuerdo de los dulces de la infancia, IPG evocó los olores de la panadería que regentaba y APC mantuvo una buena conversación con Paco Torreblanca sobre el cabello de ángel, de la temperatura a la que se hacía. Este señor tenía una fábrica de conservas vegetales y sabía la maquinaria necesaria para elaborarlo, los grados de cocción y todo lo relacionado con el tema.
La segunda sesión transcurrió en el obrador de la Escuela de Hostelería de Murcia. Cada uno de los pacientes iba acompañado por dos alumnos de la escuela que le ayudarían a elaborar los dulces tradicionales, sirviendo estos como apoyo de su memoria. Nosotras nos limitamos a ser simples observadoras que registrábamos el comportamiento, nivel atencional y la reacción emocional a través de una hoja de registro que incluye ítems de escalas que miden dichos constructos. El dulce de elección para la mayoría fue el arroz con leche. Aunque la mayoría no recordaba la receta y omitían ingredientes o simplemente no lo habían hecho nunca, como era el caso de los hombres. DRH prefirió hacer su propia receta de buñuelos de zanahoria, y la verdad es que estaban riquísimos. Los pacientes se manejaron bastante bien con los utensilios, les ayudaron a remover el arroz para que no se pegara y las mujeres, que fueron las que más lo disfrutaron, dieron su toque personal al arroz con leche. Durante la sesión no se observaron problemas de conducta. En general todos estuvieron atentos al proceso, motivados durante la elaboración y manifestaban alegría al final de la sesión.
En la tercera sesión, la estructura que se siguió fue la misma que en la sesión anterior. Cada uno de los pacientes eligió hacer su propio postre o dulce favorito, y en el caso de los hombres se dejaron guiar un poco por los alumnos. ESR hizo un bizcocho de chocolate, que es el que más le gusta a su hija y nietos, mientras que ICG, FSV y APC se decantaron por un bizcocho sin chocolate. Como hemos dicho antes, los hombres se limitaron a ayudar en la preparación de los dulces, echando los ingredientes, moviendo la masa... mientras que ICG hizo su propio bizcocho tal y como lo sigue haciendo en casa. Alguno se quedó pegado, pero en general todos estaban realmente buenos. MBP hizo galletas rellenas, receta que siempre a hecho y que le gusta mucho a su familia, explicándonos cómo se elaboraban. IPG elaboró pan de calatrava, aunque los alumnos debían ir ayudándole en los ingredientes y la elaboración del dulce, pues no recordaba que llevaba ni como se hacía. Los alumnos de PAP elaboraron con él unas ricas magdalenas de chocolate. En todo momento, le pedían que les ayudara a echar los ingredientes y les iban explicando cómo se iba haciendo. DRH elaboró unos riquísimos paparajotes, un postre típico murciano, que se realiza con las hojas del limón. Fue echándole los ingredientes que tenía y además todo lo que veía encima de la mesa. Y por último, JMG nos demostró cómo se hacen unos ricos y caseros buñuelos, desayuno que preparaba a sus hijos todos los domingos antes de misa.
Probamos todos los postres, aunque guardamos algunos trozos de cada uno para la siguiente visita, que sería la visita de la degustación. En esta ocasión tampoco se observaron problemas de conducta. El nivel atencional si sufrió un descenso en algunos de los participantes en los que el cansancio hizo mella. Las emociones fueron positivas al final de la sesión.
En la siguiente sesión (la cuarta) tuvimos el placer de contar con el hijo mayor de Paco Torreblanca, David. Fue probando uno a uno todos los dulces elaborados por los pacientes y alumnos. La mayoría de ellos estaban hechos con ingredientes propios de la zona, limón, bizcocho...
Los pacientes, uno a uno, le iba explicando a David cómo lo había elaborado, que ingredientes llevaba... alguno necesitó la ayuda de los alumnos para poder explicarlo mejor y contar anécdotas de su vida unidas a los recuerdos de ese postre. Después de esto, David se llevó un poquito de cada dulce para que él, junto con su equipo, elaborara una tarta de Murcia, que englobara todos los sabores que los pacientes habían recuperado.
No se observaron problemas conductuales. Mostraron atención durante toda la sesión y manifestaron emociones positivas en general.
En la última sesión volvimos al obrador de la Escuela de Hostelería. David Torreblanca elaboró la Tarta Murcia ayudado por los pacientes del taller. Pretendíamos que todos y cada uno ayudará en su elaboración para ser participes del resultado final. La idea del diseño y los ingredientes se prepararon a priori por las limitaciones de tiempo.
Entre todos fueron rellenándola, unos repartían la crema de limón, otros iban cortando la fruta que decoraría la tarta... así hasta dejarla lista. Y voilá, ya estaba hecha la famosa Tarta Murcia.
En esta sesión si fue observaron diferencias entre los sujetos. En general las mujeres se mostraron más motivadas y participativas. También se observaron problemas conductuales en algunos pacientes con una capacidad de atención sostenida más deficitaria, en los que aparecieron comportamientos anómalos y repetitivos como quitarse el delantal una y otra vez durante la sesión y buscarlo después. A nivel emocional las respuestas siempre fueron positivas.
En general este taller ha sido muy positivo, por la alegría con la que acudían, por el interés mostrado ante el contenido de las sesiones y la gran motivación con la que participaron en cada una de ellas. Aunque todos estaban diagnosticados de Enfermedad de Alzheimer con GDS 4, aquellos pacientes cuyas capacidades funcionales eran más deficitarias requirieron más ayudas por parte de los alumnos de hostelería, fueron menos participativos y mostraron menos iniciativa que aquellos más independientes en las actividades de la vida diaria.
Begoña Martínez Herrada y Blanca García Torres
Unidad de Demencias del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca en Murcia