lunes, 15 de febrero de 2010

METODOLOGÍA


El Taller de Arte y Cultura como Terapia contra el alzhéimer, “Tarta Murcia”, enfoca hacia la estimulación multisensorial.
Los participantes seleccionados fueron 9 pacientes, de ambos sexos, que están diagnosticados por la Unidad de Demencias del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca con un GDS 4. La actividad del Taller cuenta además con la colaboración del pastelero, Paco Torreblanca, su hijo David y 18 alumnos de primer y segundo curso de la Escuela de Hostelería de Murcia.
El taller (5 sesiones en total, de 90 minutos cada una) tiene lugar en el aula de cocina de la Escuela de Hostelería, dedicándose dos alumnos por cada paciente. Por su conocimiento en la elaboración de pastelería, los alumnos ayudan a los pacientes a fijar los ingredientes de sus dulces y la cantidad adecuada. Por otro lado, los pacientes traen sus propios delantales de sus casas para ayudarles a asociar el trabajo del Taller con la cocina y sus tareas.
Todas las sesiones se enfocan hacia las múltiples sensaciones que pasan por el cerebro al comer un pequeño dulce: una Magdalena, Arroz con leche, Pan de Calatrava, un Merengue.... El dulce provoca olores, sabores y texturas que ayudan a evocar el recuerdo del lugar en el que se elaboró y con quién se disfrutó.
En la sesión inaugural, impartida Paco Torreblanca, el célebre pastelero habla de los sabores gastronómicos del Mediterráneo y especialmente dentro de la Región de Murcia. Al ofrecer a los pacientes dulces de gustos diferentes y texturas diversas, les anima a olerlos (¿a qué huele?), a identificar su color y elaboración (hecho al horno o crudo), a saborearlos unos momentos en la boca (identificar el sabor y la textura). Así se fomenta un amplio lenguaje sobre los recuerdos hacia los postres – situación y sabores: ¿Cuál era el sabor favorito de un dulce/postre? ¿Y a qué situación correspondía?: Celebración, con la familia, un lugar... Al terminar la sesión, eligieran un dulce para elaborar en la siguiente sesión.
En la segunda sesión, los pacientes, junto con los alumnos de Hostelería, recuerdan la visita del Francisco Torreblanca y el nombre del dulce previamente elegido. Con la ayuda de los alumnos, los pacientes identifican los ingredientes del dulce y la cantidad, además de relacionarlo con la situación original: durante la elaboración, dónde lo habían comido y con quién. Entonces, lo preparan y tomaran notas de todo el proceso. La jornada concluye con una alegre degustación y, a continuación, cada uno de los pacientes elige sus dulces favoritos para elaborar al día siguiente.
Cuando vuelven al tercer encuentro con los alumnos, los ingredientes de sus dulces están preparados en el obrador. Los pacientes recuerdan cuál fue su dulce elegido, y nombran los ingredientes mientras elaboran la receta en colaboración con los alumnos. Al terminar su trabajo, el dulce está puesto encima de una bandeja y los pacientes retratados muy orgullosos con sus obras de repostería. Después, disfrutan probando los dulces de cada uno; oliéndolos, identificando su color y elaboración, además de su sabor y textura. Finalmente, se aparte una muestra de cada dulce para que los probasen los Torreblanca.
David Torreblanca está el encargado de la siguiente sesión, cuando los pacientes le describen las recetas y le ofrecen a probar. Cada paciente tiene cinco minutos para explicar su dulce, y juntos lo analizan: sus ingredientes en relación de sabores Mediterráneos. El objetivo consiste en identificarlos e mantenerlos en la creación de la Tarta Murcia.
En la quinta y la última sesión, los pacientes elaboran la Tarta Murcia en colaboración con David y con los alumnos. Este dulce será un encuentro entre los postres elaborados por los pacientes y la aportación del equipo de Torreblanca. Así sería un dulce, familiar con un aroma “extraño”. La meta es encontrar un sabor del pasado con un pie en el futuro, y será ofrecido a la sociedad murciana el día de presentación del Taller.

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